Recurrir esporádicamente a una rutina de limpieza facial es determinante para el cuidado del rostro. Pues, limpiar correctamente el cutis ayuda a mantenerlo sano, hidratado y luminoso, alejado totalmente del exceso de grasa, puntos negros, escamosidad y acné.
A través de este tratamiento, se podrá eliminar las células muertas por completo para dar paso a una piel tersa, radiante y joven. Por ello, es requisito mantener una rutina de limpieza rigurosa con los productos correspondientes en función a cada tipo y necesidad de piel.
¿Aún no cuidas tu piel? Descubre por qué toda persona debe realizarse una limpieza facial con la información que a continuación te vamos a compartir. Recuerda que un lavado diario de cara no es una limpieza facial, pero puedes adicionar otros elementos para acercarte a uno.
¿Cómo se realiza la limpieza facial?
En un inicio, el especialista evaluará el tipo de piel que tiene la paciente: sea grasa, seca, mixta o normal. Esto con el fin de recolectar los productos necesarios para no causar ninguna irritación o alergia en la piel durante su aplicación.
Identificado bien los productos, se procederá hacer una limpieza general para desmaquillar o retirar toda suciedad impregnada durante su camino al centro estético. Limpio el rostro, se vaporiza y exfolia el rostro para eliminar las impurezas más profundas y habidas.
Luego, se abrirán los poros y se retirarán las espinillas o puntos negros del área. La eliminación de ellas no dañará la piel si eso te preocupa. Y por último, se aplicará una mascarilla hidratante con los productos que el especialista considere.
Cuidados posteriores al tratamiento de rostro
Al término de tu limpieza facial, el especialista colocará protector solar para cuidarte de los rayos que puede ocasionar leves manchas en tu piel. Y, con el fin de no exponer tu piel a quemaduras solares del día a día, se recomienda cargar en tu bolso bloqueador facial de Spf 90.
No hay cuidados posteriores exactos, pero sí recomendaciones de incluir productos de limpieza facial a tus hábitos, desde jabones hasta humectantes para el descanso nocturno. A la par de ello y para un cuidado de la piel prudente, tu limpieza facial con nosotros no debe faltar.
Además, date el descanso que mereces, no imaginas qué tanto puede ayudar o perjudicar en la salud de tu piel facial. Descansa tus ocho horas, aliméntate sano y bebe mucha agua, tendrás un cutis envidiable. ¡Tómalo en cuenta!
Beneficios de la limpieza facial
Se removerán todas las células muertas de la piel.
Disminuirás la apariencia de cansancio y de descuido.
Podrás detener la presencia del acné y puntos negros.
Se equilibrará el pH de tu piel y se restaurará tu defensa natural.
Gozarás de una oxigenación en tu piel más completa y duradera.
Descongestionarás y reducirás tus poros, serán menos visibles.
Tonificarás tus músculos faciales y lucirás una piel tersa y suave.
¿Cada cuánto debo hacerme una limpieza facial?
La frecuencia para realizarnos una limpieza facial radica únicamente de nuestro tipo de piel. En el caso de personas con piel grasa y poros abiertos están expuestas a ensuciarme más rápido que una piel seca, por lo que necesita una limpieza facial frecuente.
Asimismo, la edad y el ambiente son otros factores determinantes en cuanto al intervalo de limpieza facial se trata. Usualmente, se requiere de 2 a 3 limpiezas faciales al mes, pero eso lo especifica tu especialista o cosmetóloga. ¡Pregúntaselo!
Ahora, es posible que tú también colabores con una mini limpieza en tu casa, pues, el maquillaje interdiario o usual en nuestros días también afecta y demora en retirarse con agua y jabón. Mientras más colabores con el cuidado de tu rostro, mejores resultados con la limpieza facial tendrás.