Otoplastia: Cirugía de Orejas
La otoplastia es la cirugía plástica de orejas que modifica su forma, tamaño y posición según los rasgos faciales y la estructura craneal del paciente. Aunque el objetivo principal de este procedimiento es estético, también puede emplearse para corregir anomalías congénitas o deformaciones ocasionadas por lesiones.
Los casos más comunes que se tratan con otoplastia incluyen orejas sobresalientes, asimétricas, con lóbulo partido o semi deformadas. Este procedimiento está indicado únicamente para personas que hayan completado el desarrollo total de sus orejas, lo que permite su realización a partir de los 6 años de edad.

¿Por qué realizarse una otoplastia?
La cirugía de otoplastia es un procedimiento altamente individualizado que busca mejorar la armonía facial y devolver la confianza al paciente al corregir la forma, posición o tamaño de las orejas. Este tratamiento no solo tiene un propósito estético, sino también emocional, ya que puede aliviar inseguridades arraigadas desde la infancia o tras un accidente.
Además, la otoplastia es una opción ideal para quienes desean equilibrar sus rasgos faciales o corregir resultados insatisfactorios de cirugías previas. El procedimiento es seguro, preciso y adaptado a las características únicas de cada paciente.
Puedes considerar una otoplastia si:
El tamaño de tus orejas sobresale notablemente de tu cabeza.
Presentas una asimetría evidente entre ambas orejas.
El lóbulo de tu oreja está partido, incompleto o pegado.
Tus orejas no son acordes al género que representas.
Tienes una ligera deformación en la estructura de tus orejas.
Has sufrido una lesión que afectó la posición de tus orejas.
Tu autoestima se ve afectada por el aspecto de tus orejas.
No estás satisfecho con el resultado de una otoplastia previa.
Deseas potenciar tu belleza facial reduciendo el tamaño de tus orejas.
Tienes exceso de perforaciones que han desproporcionado la forma de tu oreja.
Ventaja de la Otoplastia o Cirugía de Orejas
La otoplastia ofrece una armonización facial perfecta, logrando que las orejas adopten una posición equilibrada y estética en relación con el rostro del paciente. Este procedimiento no solo tiene una finalidad estética, sino también reparadora, pues permite corregir malformaciones congénitas o lesiones que hayan alterado la estructura natural de las orejas.
Además, la cirugía proporciona resultados muy naturales, sin dejar cicatrices visibles a primera vista. Es una intervención ambulatoria, por lo que no requiere hospitalización, permitiendo al paciente retornar a casa el mismo día para continuar con su recuperación postoperatoria de forma cómoda y segura.
Proceso de la cirugía

Paso 1 – Anestesia
La cirugía de otoplastia se realiza, por lo general, bajo anestesia local y/o sedación, aunque en niños o pacientes poco colaboradores se puede optar por anestesia general. El procedimiento es ambulatorio y de corta duración, con un tiempo promedio de 2 a 3 horas, dependiendo de la complejidad del caso.
PASO 2 – PROCEDIMIENTO
La intervención consiste en realizar una incisión discreta detrás de la oreja para modificar o extirpar una porción del cartílago, con el fin de mejorar la forma, el tamaño y la posición de la estructura auricular. El cirujano se enfoca en mantener los ángulos y surcos naturales para lograr una simetría facial equilibrada.
La técnica puede variar según las necesidades de cada paciente, pero siempre busca un resultado anatómicamente proporcionado y en armonía con los rasgos faciales. En cuanto a las cicatrices, quedan completamente ocultas detrás de la oreja, siendo imperceptibles a simple vista.
Paso 3 – Resultados
Los resultados de la otoplastia son naturales y permanentes. Durante los primeros días, el paciente deberá mantener un vendaje protector hasta el control postoperatorio inicial. Con el paso del tiempo, la inflamación disminuirá gradualmente hasta alcanzar la posición y forma definitiva de las orejas.
Recuperación de la Otoplastia – Cirugía de Orejas
El paciente será dado de alta el mismo día de la cirugía, por lo que deberá contar con la asistencia de un acompañante durante las primeras horas, ya que las primeras 24 horas postoperatorias son fundamentales para una recuperación adecuada y sin complicaciones.
Durante la primera semana, se recomienda descansar con frecuencia, pero también mantener una movilidad ligera dentro del hogar para favorecer el flujo sanguíneo. Para reducir las molestias, es ideal mantener la cabeza elevada al dormir o descansar.
Cada paciente tiene un tiempo de recuperación distinto, dependiendo de su estado de salud, edad, tipo de cirugía y hábitos cotidianos. Por ello, es esencial seguir al pie de la letra todas las indicaciones médicas y asistir puntualmente a los controles programados para garantizar una recuperación óptima y segura.

¿Cuál es la mejor edad para operarse?
La cirugía de orejas puede realizarse desde los 6 años de edad, siendo esta una etapa ideal, ya que el cartílago aún es flexible y permite una corrección más sencilla y efectiva. Operarse a esta edad también puede prevenir complejos o inseguridades que surgen durante la infancia debido a las burlas o al aspecto físico.
No obstante, jóvenes y adultos también pueden someterse a una otoplastia sin ningún inconveniente. Este procedimiento no presenta limitaciones de edad estrictas, siempre que el paciente goce de buena salud y tenga expectativas realistas. La otoplastia es una cirugía segura, versátil y con excelentes resultados a cualquier edad.

¿Existen riesgos en la Otoplastia – Cirugía de Orejas?
Después de la cirugía, es completamente normal presentar hinchazón, sensibilidad o enrojecimiento en los oídos. También puede experimentar una ligera sensación de hormigueo en el pabellón auricular, la cual desaparece progresivamente conforme avanza la recuperación. Estos síntomas son parte del proceso natural de cicatrización y no deben generar preocupación inmediata.
Sin embargo, si durante el postoperatorio nota alguna anomalía importante, debe comunicarse con su cirujano plástico de inmediato. A continuación, se detallan las señales de alerta que requieren atención médica:
Fiebre superior a 101° F (38.3° C).
Sangrado excesivo en o alrededor de las orejas.
Hinchazón o enrojecimiento que persiste por más de dos semanas.
Mareos, náuseas o comportamiento incoherente, como alucinaciones.
Dolor intenso que no se alivia con los analgésicos recetados.
Acumulación de líquido o desproporción evidente en las orejas.

